domingo, 29 de abril de 2012

Elecciones presidenciales francesas.

Las elecciones en Francia están al rojo vivo. Los resultados de la primera vuelta del pasado fin de semana, dan como vencedor a François Hollande (PS) con un discreto 28,63%, por detrás Nicolas Sarkozy con un 27,18%. El Partido Socialista francés ha ganado apenas un 3% con respecto a las últimas elecciones, y la Unión por el Movimiento Popular (UMP) ha perdido un 4%.
Lo que llamó la atención de todo el mundo fué la tercera fuerza política más votada, con casi 6,5 millones de votos, Le Pen (Frente Nacional, ultraderecha) conseguía el 17,9% de los votos
La izquierda radical por su parte consiguió casi 4 millones de votos, obteniendo el 11,10% de los votos.

Ambos partidos la ultraderecha y la izquierda radical, acabaron por delante del centrista Jean-Luc Mélenchon que obtuvo un 9%.
En Francia ya se están cansando de los políticos corruptos, demagogos y oportunistas de los grandes partidos, algo parecido a lo que puede ocurrir en España, pero ¿a qué precio?. Los votantes de Frente Nacional, son mujeres con trabajo, jovenes en paro y sin estudios y obreros cualificados, mientras que entre los de extrema izquierda aparecen muchos jóvenes con estudios y en paro.
La segunda vuelta está a la vuelta de la esquina, y Sarkozy aboga por una participación masiva y una movilización nunca vista, para alzarse como presidente de la República francesa. Todo esto viene al hilo de que los ultimos sondeos han revelado un dato "curioso", entre los encuestados, el 26% no manifiesta cual va a ser su intención de voto, algo que nunca había pasado. Ni Hollande, ni Sarkozy cuentan con los votos de la extrema derecha para sus campañas, y confian en la fuerza de sus electores para alzarse con la presidencia.
La preocupación de Europa de que se rompa el pacto Merkel-Sarkozy, encienden las alarmas en Alemania, y la canciller ya ha salido a la palestra para anunciar posibles cambios y una reconducción hacia una política de "crecimiento", y un abandono progresivo de las "políticas de austeridad". Merkel se ablanda y se prevé que en caso de ruptura del pacto, se flexibilicen los objetivos de déficit y las políticas de ahorro.

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